domingo, 9 de marzo de 2008

MIRANDO HACIA ADENTRO

Dos por tres, ese sustituto de la realidad que es la TV, nos muestra alguna escena de un compatriota rechazado al arribar a Europa (generalmente a España), por diversos motivos.
Después de un par de "manijazos" del cronista y de unas escenas de familiares llorosos, ya todo el mundo se indigna y quiere apalear a todos los europeos.

Pero sería interesante que primero averiguaran lo que tiene que atravesar un extranjero que quiera radicarse en Uruguay.

Para empezar, la oficina que se encarga de estos trámites no da más de diez números por día. Ellos sabrán por qué, probablemente no tengan el personal suficiente. Pero lo que llama la atención por parecer poco logico es que no cuentan con ningún traductor ni procedimiento para obtener los servicios de uno.

Además, el forastero deberá pasar un riguroso examen médico para obtener el carnet de salud especial para inmigrantes. Por supuesto, deberá tener a mano su tarjeta de turista y presentar el certificado de buena conducta expedido por el país o los países donde haya estado radicado en los últimos cinco años.

Y claro está que deberá acreditar medios de vida, para lo cual son necesarios certificados notariales e inscripción en BPS y DGI. No siempre es sencillo (se cuenta el caso reciente de un pescador que las pasó difíciles para cumplir esta etapa del papeleo).

Si todo anda sobre ruedas, el costo total de los trámites rondará los ocho mil pesos y estará finalizado más o menos un año después.

Ah, y no adelanta nada el casarse con un uruguayo: una nota reciente mostraba el caso de una señora casada con un compatriota....la cual iba a tener que hacer los trámites igualmente.

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