miércoles, 30 de noviembre de 2011

CUANDO UNA EPIDEMIA TE DA RISA



Curioso pero cierto, en 1962 se desató una epidemia....de risa.

Todo empezó en una escuela de una aldea en Tanganica (hoy Tanzania), el 30 de enero de 1962.
La escuelita tenía 159 alumnas de entre 12 y 18 años, de las cuales tres comenzaron, sin causa aparente, a reir en forma incontrolable.

Minuto a minuto, la risa se fue "contagiando" a varias de las  compañeras de esas tres alumnas, siendo que al poco rato ya eran 95 las muchachas afectadas.
Aparentemente, no había forma de que las chicas lograran un autocontrol sobre lo que les pasaba.

Varios informes indicaron que la escuela debió ser cerrada y las clases suspendidas por un tiempo. Pero fue peor el remedio que la enfermedad, pues la "epidemia" se diseminó por dos aldeas más, que concentraban a varias de las alumnas de la escuela.

Lo cierto es que la región de Bukoba, a las orillas del Lago Victoria, parecía algo así como un festival de humor. Y así fue por varios días,  hasta que la situación se calmó en forma tan espontánea como comenzó.

Naturalmente, lo primero que se pensó a la hora de buscar una causa, fue una contaminación química de alguna clase.



Algunos médicos apuntaron la posibilidad de presencia (casual o provocada) de óxido nitroso, el famoso "gas hilarante".  Pero tal cosa no parece posible porque, entre otras cosas, ese compuesto debe ser dosificado y controlado con minuciosidad (pues puede provocar alucinaciones, euforia y aún pérdida de la memoria).

Descartada esa hipótesis, los sicólogos entraron en escena con algo más probable: EPM (enfermedad psicogénica de masas), cosa que ha sido observada con anterioridad pero en otro sentido: gente que "se contagia" de síntomas falsos de ciertas enfermedades o padecimientos, cuando se convencen a sí mismos de tal cosa.

Se trata de fenómenos asociados a lo que antes se llamaba "histeria de masas" y, por supuesto, no son fáciles de identificar.
Pero parece ser que, por una vez al menos, en vez de semejar enfermedades, a la gente le dio por reirse.
No es poca cosa.

domingo, 27 de noviembre de 2011

EN RECUERDO DE FREDDIE MERCURY


De lo que voy a contar hace un montón de años (o mejor, un montonazo).

Un día me compré la revista "Pelo", como solía hacer siempre. Y me puse a leer las críticas de los  discos nuevos. Entre muchos lanzamientos de bandas y solistas conocidos, estaba un disco de un grupete que yo jamás había escuchado: Queen.
El disco en cuestión era "Sheer Heart Attack" (Certero ataque al corazón) y, según la revista, era el tercero que lanzaba esa banda inglesa.


La crítica del disco era sumamente curiosa. El autor les daba bastantes palos, pero analizaba las canciones y  decía que tal cosa tenía influencias de Led Zeppelin, que tal otra mostraba influencias de los Beatles y así por el estilo. O sea, que no parecían estar mal rumbeados aunque el disco no le gustase al crítico.

Como siempre hice en materia de música, me decidí a escuchar por mí mismo y decidir por mí mismo, opción que al final es la mejor (porque me permitió conocer cosas que, hasta hoy me parecen fantásticas y que, por aquel entonces, no eran famosas en absoluto).

Así que, tiempo después, cuando un programa de radio pasó unos temas del siguiente disco de Queen, puse oídos atentos. Y claro que me gustó, si era un disco sensacional, nada menos que "A night at the Opera" (Una noche en la Opera).


De ahí en adelante, seguí siempre las novedades de la banda y la incorporé a mis favoritas. Y no era difícil darse cuenta que el alma mater de ese grupo era su cantante: Freddie Mercury.


Hace poco se cumplieron veinte años de su fallecimiento, que no fue demasiado recordado en los medios (que prefieren dedicar amplio espacio, por ejemplo, al concierto de Britney Spears en Argentina).

Ya sé lo que me van a decir: que todo es cuestión de gustos. Y tienen razón, claro que sí. Pero creo que Freddie Mercury era un artista en serio, con auténtico talento, bastante distinto de los "productos" con que nos bombardean las discográficas permanentemente.

Por eso me permito recordarlo en este blog. ¿Y qué mejor que recordarlo con música, con su música?
Dificilísimo elegir una sola canción, entre tantas y tantas composiciones fabulosas. Por eso me decanté por una que destaca, lo mejor de lo mejor: "Bohemian Rhapsody" (Rapsodia bohemia):

jueves, 24 de noviembre de 2011

A VER, HACÉ EL DORMILÓN



Hoy en día, la palabra "yo-yo" me hace pensar más bien en repostería, en esas deliciosas creaciones recubiertas de chocolate y con un centro de dulce de leche.
Pero no siempre fue así, que conste.

La generación del Pelado tuvo al yo-yo como un buen compañero de juegos. Los había de toda clase, con variados diseños y hasta luminosos. Aunque lo importante era qué sabías hacer con tu yo-yo.
Así fue que se popularizaron diversos truquitos, como "el dormilón", "el perrito", "el péndulo", "el bailarín" y tantos otros, de nombre y dificultad diversa.

De todas formas, ni en nuestros sueños más locos hubiéramos pensado en dominar el yo-yo como lo hace este campeón de nombre Shinji Saito, japonés por más referencias.
El tipo tiene 24 años y once campeonatos importantes ganados.

Vean lo que hace:




Después de esta demostración, sólo me queda reconocer mi derrota y pasar por la confitería "Agua Helada", donde hacen unos deliciosos "yo-yos" que este pibe japonés probablemente no conocerá jamás.

Que siga con el sushi.

lunes, 21 de noviembre de 2011

EL DÍA QUE NO TE SALIÓ EL TRUQUITO



¿Les gusta la magia? En ese caso, sabrán que muchos magos tienen algunos trucos bastante arriesgados en su repertorio. Y no estoy hablando solamente de los famosos escapistas o de los que insisten en serruchar por la mitad a sus adorables asistentes.

Me refiero a aquellos que han intentado detener una bala... y han fallado en el proceso.

Al parecer, el primer mago del que se tenga constancia que fracasó en el transcurso de este truco fue una mujer, que en realidad oficiaba como asistente y esposa de un mago. Sucedió en 1820.
Madame De Linsky, que así se llamaba artísticamente, tenía todo planeado. O casi todo.

Su número consistía en plantarse ante un pelotón de fusilamiento que cargaba sus armas en el escenario y luego le disparaba a quemarropa. Por supuesto, los seis "soldados" estaban instruidos para no colocar ningún proyectil en sus fusiles. Los cargaban pólvora mediante, pero para producir una descarga sin daño. La desgracia quiso que una noche, uno de esos asistentes se equivocara y terminase por disparar realmente, matando a Madame De Linsky.



El nombre de la siguiente víctima de su propio truco es Arnold Buck. El tal Arnold era un mago consumado, que hacía el truco de atrapar la bala en forma simple: solicitaba que un voluntario del público cargara el arma y le disparase, pero le daba un cartucho de salva para tales efectos.

Una noche de 1840, Arnold encontró al amargo que está deseando que todo mago fracase en su truco.
Le entregó el cartucho de salva, pero el tipo agregó unos clavos al cargador (así como lo leen). El resultado fue la muerte del mago.

El que sigue en la lista fue un falso chino, ni más ni menos: Chung Ling Soo.



El tal Chung Ling Soo se llamaba en realidad William Jefferson Robinson y había nacido un tanto lejos de China: en el neoyorquino barrio de Brooklyn, para ser exactos.
Para fungir de mago, creó un personaje con tanta pericia que nadie sospechaba siquiera que no fuese chino.

Uno de los trucos más sensacionales que efectuaba era, claro, el de atrapar la bala. Pero una noche el truco falló y nunca se supo qué fue lo que había pasado. Lo cierto es que Chung-William recibió un disparo de verdad y falleció. Esto sucedió en 1918.

Y nos vamos hasta Sydney (Australia) para buscar al siguiente mago atrapado por su propio truco: Maurice Rooklyn.



Estamos en 1934 y Rooklyn es un mago famoso en Australia. Incorporó a su rutina un acto de "atrapar la bala", preparado con toda minuciosidad. Pero el 8 de marzo de ese año, algo falló. Como resultado del truco, recibió una esquirla en el hombro.

Lejos de escarmentar, continuó realizando el truco en sus actuaciones. El 5 de mayo del mismo año, otra esquirla le hirió en el cuero cabelludo. Evidentemente, el acto no era preciso.



Sin embargo, Rooklyn no parecía preocupado. Aún tenía contratos pendientes, por lo que culminó estrictamente todas sus actuaciones y recién allí revisó el acto de atrapar la bala y decidió retirarlo de su rutina.

Luego de ello, tuvo cierto éxito en Inglaterra, donde fue mago, actor y hasta se presentó con un show de hipnotismo. De vuelta en Australia, continuó con su carrera largamente. Fue muy astuto al salirse del asunto de atrapar balas, ¿no?

Pero no todos tienen tanta suerte. Veamos el caso de Ralf Bialla.



Bialla fue un mago alemán, que prácticamente hizo del truco de atrapar la bala su medio de vida.
Su acto era, al parecer, perfecto: le disparaban una bala que atravesaba tres láminas transparentes y terminaba atrapada entre los dientes del buen Ralf.

No escatimaba protección: las tres láminas, que en apariencia estaban para dar un mejor efecto al acto y comprobar que el disparo era real, cumplían la función de quitar velocidad a la bala. Además, el mago llevaba puesta una falsa dentadura de acero, tenía guantes recubiertos de ese metal (con los que se tapaba parcialmente la cara) y hasta gafas antibalas.

Se calcula que Bialla realizó su truco unas tres mil veces. Pero no se tiene suerte eternamente. Sufrió heridas nueve veces en el transcurso de su acto, algunas de las cuales le dejaron secuelas en el sistema circulatorio. Se desmayaba sin causa aparente.
Un día de 1972 subió una cuesta empinada y se desmayó. No volvió a despertar.

Un detalle anecdótico.

Al parecer, el arma que causó la muerte de Chung Ling Soo estaría dentro de la colección privada del famoso mago David Copperfield.
Dicha colección abarca nada menos que unas ochenta mil piezas relacionadas directamente con la magia, incluyendo quince mil libros sobre el tema. Un verdadero museo privado, como quien dice.

viernes, 18 de noviembre de 2011

¿REVOLUCIÓN EN EL FÚTBOL?



Imagine, amigo lector del blog, la siguiente situación.
Supongamos que usted está jugando al fútbol en un campito con amigos. Recibe la pelota y empieza a ver cómo va a encarar al defensa que se le planta adelante.
Pero en eso, para su sorpresa, ve pasar a un mediocampista del cuadro contrario, a toda máquina y avanzando con pelota dominada (otra pelota), mientras usted todavía está pensando si encarar o levantar un centro con la pelota (su pelota).

Eso que acabamos de ilustrar sería una situación imposible, pero a lo mejor es el fútbol del futuro.
Por lo menos, así es el "Footdoubleball"", deporte que nació como iniciativa de estudiantes ucranianos y que está ganando adeptos poco a poco.


En el mes de septiembre pasado, fue registrada en la ciudad de Kiev la Asociación Internacional de Footdoubleball, así que probablemente estemos asistiendo a un momento histórico del deporte.

¿Y cómo se juega a este fútbol raro? Las reglas básicas son las mismas que conocemos, pero con lógicas variaciones.
El partido empieza cuando cada arquero saca (como si fuera un saque de arco) con la pelota que le ha tocado, simultáneamente. A partir de allí, los equipos harán lo que puedan, sabiendo que hay dos balones en juego.


Honestamente, me gustaría ver un partido de Footdoubleball, aunque más no sea para tener idea de cómo es. Lo imagino más movido que el fútbol común. Por lo menos, más entretenido que esos partidos donde un equipo llega hasta la mitad de la cancha y empieza a  hacer pases laterales (uno, dos, tres,.... ciento cincuenta), buscando ese hueco que casi nunca se produce o perdiendo la pelota antes.

En cambio, lo otro debe ser todo emoción.
¿Se imaginan al pobre arquero al que le pateen dos tiros de esquina al mismo tiempo, pero desde diferentes banderines? ¿Y teniendo que armar dos barreras para enfrentar dos tiros libres simultáneos?

Parece un asunto muy loco, ya lo sé.
Pero también fue un asunto loco aquel de 1823 en el colegio de Rugby, cuando un estudiante, en medio de un partido de fútbol, tomó la pelota con las manos y empezó a correr hacia el arco contrario.
Y a partir de eso, pasó lo que pasó.

martes, 15 de noviembre de 2011

UN MUSEO MUY ESPECIAL


En el año 1997 se abrió en la ciudad de Berlín un museo muy especial, que resultó ser el primero de su tipo. Su nombre es "Computerspielemuseum", pero no dejen que ese palabra los amedrente, porque la temática del mismo es muy atractiva: se trata de exhibir, preservar e investigar acerca de la cultura del entretenimiento digital interactivo.

En realidad, la palabra "computerspiele" puede traducirse como "juegos de computadora", así que ya pueden imaginarse ustedes de qué viene la mano.



De diseño sobrio, como cabría esperar de un museo alemán, cuenta con exhibiciones que van variando secuencialmente.
Por ejemplo, la próxima que está programada se titula: "Street Fighter II - una aproximación artística", lo cual promete un enfoque artístico de un clásico juego de "piñas y patadas" en primera persona.



Pero no hay que asustarse, porque la historia de los juegos de computadora ha abarcado múltiples géneros, de modo que hay para todos los gustos.
Por supuesto, un servidor se decantaría probablemente por algo como lo que está jugando este jovencito:




Es que los "Space Invaders" marcaron un hito en esta clase de juegos, así como el "PacMan", el "Tetris", "Donkey Kong", "Asteroids",  y tantísimos otros que ustedes recordarán seguramente.
Algunos de ellos supimos jugarlos en máquinas de considerables dimensiones ("videogames"), que sin embargo denominábamos "maquinitas", de las cuales había varios locales que hicieron historia en Montevideo.

Pasaría mucho tiempo antes de que se popularizara económicamente la posibilidad de jugar en una computadora propia y con controles más adecuados y anatómicos:



Este museo berlinés trata de mostrar cómo han ido evolucionando este tipo de juegos, desde aquellos que parecerán "jurásicos" a las generaciones nuevas hasta los que parecerán "demasiado complicados" a las generaciones viejas.





La cuestión es que resulta un interesante paseo para todas las generaciones. La gente puede, claro está, jugar también en el museo. De lo contrario, ¿cómo experimentar lo que se siente?
Y si al principio no le toman la mano al juego o a los controles, ya luego se sentirán más seguros y disfrutarán un buen momento.








Seguramente, para muchos de nosotros, la visita a este museo sería una grata experiencia. Y generaría un montón de lindos recuerdos, claro que sí.
Tan lindos, que ni siquiera me quejaría si apareciese el inevitable cartelito:

sábado, 12 de noviembre de 2011

LA REPÚBLICA DE LA BOCA



Hablar sobre "la República de La Boca" no es una manera exagerada de referirse a las peculiaridades de ese popular barrio de Buenos Aires. Porque lo cierto es que realmente hubo un insólito intento de "independizar" esta zona del resto del país.

De acuerdo a la versión más aceptada, todo comenzó en el año 1882, en medio de uno de los tantos conflictos que se desarrollaban entre obreros y patrones. Tal como era común por entonces, se produjo una intervención policial que no tuvo nada de sutil, derivando en batalla campal entre uniformados y trabajadores.

Luego de esos incidentes fue que una serie de personas pensó seriamente en una especie de "secesión" de La Boca, para que los asuntos locales se resolvieran sin intervenciones "foráneas".



Se llevó a cabo una multitudinaria reunión en la Sociedad Italiana, pues la mayoría de los pobladores del barrio y de los involucrados en el conflicto eran de esa nacionalidad. Según parece, los genoveses presentes plantearon entonces la necesidad de que los problemas de La Boca se resolvieran en forma autónoma, sin intervención del gobierno argentino.

Por lo tanto, se labró un acta que fue suscrita por los presentes y enviada posteriormente al Rey de Italia, en la cual se estableció la fundación de la República de La Boca e, implícitamente, se buscó apoyo internacional.
Acto seguido, se izó la bandera genovesa en varios lugares del barrio (ahora República) de La Boca.
Cosa aún más curiosa, porque la bandera de Génova inspiraría luego los colores de River Plate:




Siguiendo con nuestra historia, bien podemos decir que la existencia de la República de La Boca fue efímera. Al parecer, al día siguiente se hizo presente en el lugar nada menos que el presidente Roca,  dirigiéndose a los separatistas en tono firme y decidido pero con cierto paternalismo.

Es el propio Roca quien baja la bandera genovesa de su mástil y la entrega respetuosamente a los sublevados, a quienes sigue hablando en forma admonitoria hasta que deponen su actitud.
Y La Boca volvió a ser un barrio más de la capital argentina. Especial, diferente, pintoresco, pero un barrio al fin.

Sin veleidades independentistas.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

APATÍA, DESIDIA, INSENSIBILIDAD



Fue noticia el mes pasado: una chica uruguaya que estaba en Shanghai (China) salvó a una persona de morir ahogada, mientras la gente se limitaba a mirar o (peor aún) sacaba fotos y filmaba con sus celulares, como si se tratase de un espectáculo gratuito.

Coincidentemente, pudo verse en Youtube un aberrante video que muestra un suceso acontecido también en China el mismo mes: una niña de dos años fue atropellada dos veces por sendos conductores que no se detuvieron y, posteriormente, quedó tirada en el lugar sin que nadie le prestase ayuda.
Casi veinte personas pasaron por el lugar sin tomar acción alguna, hasta que al final una señora acude y toma cartas en el asunto. Días después, la criatura fallecería.

Naturalmente, se han levantado voces airadas en todo el mundo, criticando la apatía moral de la sociedad china. Y no puedo menos que concordar con esas críticas, pero me veo en la obligación de señalar que no se trata de un fenómeno nuevo.
Por eso quise subir este post, para recordar la historia de Kitty Genovese.



Catherine Susan Genovese era una muchacha de 28 años que vivía en Nueva York. Una noche de marzo de 1964 llegó a su barrio, estacionó su coche y se dirigió a su edificio. Fue entonces cuando un hombre surgido de las sombras corrió tras ella y la apuñaló dos veces en la espalda.

Fue entonces cuando la chica herida comenzó a gritar pidiendo ayuda. Varios vecinos salieron a la ventana y uno de ellos alcanzó a gritar: "¡Deje en paz a esa muchacha!".
Con eso, tan sólo con eso, logró que el agresor dejara a su víctima tirada en el piso y se escondiera en un callejón cercano.

Pero si la pobre Kitty pensó que estaría a salvo, pronto vería lo equivocada que estaba.

No sólo nadie acudió en su auxilio, sino que cada quien volvió a su "mundito" y sus quehaceres.
Kitty continuaba gritando, solicitando auxilio, pero todo fue en vano. Treinta y ocho personas (el número se supo en la investigación posterior) hicieron oídos sordos.



La desidia de los vecinos dio coraje al atacante. Volvió a escena y alcanzó a Kitty, que se arrastraba por la acera pidiendo ayuda a gritos. La apuñaló nuevamente, la violó y posteriormente la remató a puñaladas.

¿Qué sucedía entretanto? Uno de los vecinos quiso llamar a la Policía, pero pareció dubitativo a la hora de involucrarse. Entonces, primero llamó por teléfono a un amigo policía que vivía en otra ciudad, para pedirle consejo. Finalmente, dio parte a las autoridades.

Había pasado media hora del ataque cuando uno de los vecinos del lugar bajó a la calle para auxiliar a Kitty. Increíblemente, la chica aún vivía. Pero moriría en la ambulancia de camino al hospital.



El caso fue considerado largamente por el periodismo de la época y por un ejército de expertos provenientes de diversas disciplinas. Con toda lógica, se convirtió en una denuncia pública de la violencia, la falta de compromiso y el quiebre de la moral social, pero luego otras noticias sustituyeron rápidamente a ésta (ya por entonces, la realidad que llegaba a las masas era moldeada por "las noticias del día").

Como ven, queda claro que el fenómeno de la insensibilidad ante el sufrimiento ajeno no es nuevo. No puede ser atribuído a la forma en que se vive actualmente, aunque es seguro que la sociedad posmoderna ha ampliado el desastre.

Quiero finalizar este post recordando a un héroe olvidado: Gustavo Volpe.

Es muy difícil que alguien se acuerde de él en este país, que sólo venera políticos y futbolistas.
Gustavo Volpe era un brillante estudiante de medicina, que volvía en ómnibus a su casa una noche de diciembre de 1955, tras rendir un examen de la carrera.

En medio del trayecto, notó que un "punguista" tomaba la billetera de un pasajero y se daba a la fuga.
Sin pensarlo dos veces, Volpe se bajó tras el ladrón y se trabó en lucha en la calle. Pero para su desgracia, un cómplice del punguista le atacó y apuñaló por la espalda, causándole la muerte.

Era otro Montevideo, otro Uruguay y otra sociedad de la que estamos acostumbrados. El hecho generó tal indignación que dio origen a una multiplicidad de iniciativas. Una no menor fue la creación del Movimiento Nacional Gustavo Volpe, organización que buscaba ayudar a jóvenes con problemática diversa.

Desgraciadamente, los años pasaron y la cabeza de la gente cambió notoriamente. La violencia se hizo algo tan cotidiano y natural que, simplemente, convivimos con ella considerándola inevitable. De allí a la apatía, la desidia y la insensibilidad, hay poco trecho.

No sólo los chinos tienen problemas, que conste.

domingo, 6 de noviembre de 2011

ARTE, MISTICISMO Y MISTERIO


Nicholas Roerich nació en 1874 en San Petersburgo (Rusia).  Desde muy joven demostró una pluralidad de intereses y, al terminar sus estudios secundarios, se matriculó simultáneamente en la carrera de Derecho y en la Academia de Bellas Artes. Pero la piedra de toque de su vocación fue la arqueología. Y a través de ella, vendrían muchas más cosas.

Las primeras expediciones de Roerich fueron provechosas, pero se circunscribieron a territorios no muy lejanos, siempre dentro de su patria. Y poco a poco ganó prestigio dentro de la Sociedad Arqueológica Rusa, que integró ya desde estudiante.

Para 1897 se graduó en la Academia de Bellas Artes, realizando una pintura a la cual tituló "Mensajero". Aquí la vemos:


Sobre esta pintura, hay una interesante anécdota. La familia de Roerich solía frecuentar el mundo cultural de la Rusia de entonces. Y así fue como un día el joven Nicholas tuvo la oportunidad de conocer nada menos que a León Tolstoy.

El gran escritor insistió en ver la pintura realizada por el muchacho. Y cuando la vio, le hizo un interesante comentario:

"Si se pretende cruzar en barca un río veloz, es menester partir desde un lugar más alto que la meta, o de lo contrario el río se llevará la embarcación. Lo mismo pasa en la esfera de las exigencias morales: hace falta llevar la barca a lo más alto posible, para que la rapidez de la vida no se lleve todo.
Espero que su mensajero lleve la barca a un lugar muy alto, para llegar a la meta."

Nicholas reflexionó sobre las palabras de Tolstoy y consideró que el arte era una forma de realización muy válida para el ser humano. En esta primer etapa de su vida, pintaría unos lienzos muy interesantes, con una temática inclinada hacia las fuentes históricas de su patria rusa:

"Botes" (1901):


"Huéspedes de ultramar" (1901):


"Idolos" (1901):


"El norte" (1902):


"Construyendo los barcos" (1903):


Los años 1903 y 1904 serían hitos importantes para Roerich. Por un lado, participaría de una expedición arqueológica que descubriría un sitio de excavación extraordinario en las cercanías de la población de Valday. Sería un hallazgo de los tiempos neolíticos, muy comentado en Rusia y en toda Europa.

Por otro lado, el artista emprendería con su esposa un viaje por cuarenta ciudades rusas, que se convertiría en poco menos que un recorrido fundamental para que Roerich comprendiera y captara la esencia de su patria y el misticismo de sus ancestros.

La esposa de Roerich, Helena, tenía una multiplicidad de intereses artísticos, culturales y metafísicos. Era una pianista virtuosa, había publicado varios libros y realizado una excelente traducción al ruso de "La doctrina secreta", la famosa obra de Blavatsky.
Como se ve, no eran personas que creyeran precisamente en la especialización.

Fue en 1904 cuando Roerich comenzó a pintar temas religiosos. Retomaría ese tipo de obras a lo largo de toda su vida, en trabajos que incluirían desde ángeles propios del cristianismo hasta figuras propias de las creencias tibetanas.
Veamos algunos lienzos.

"El último ángel"


"Maitreya, el conquistador"


"Isla sagrada":


Finalizado el recorrido por Rusia, Roerich intentó hacer conocer en París la cultura de su patria, en compañía de músicos, escritores, pintores y otros artistas diversos. De aquí datan muchas de las colaboraciones de Nicholas con obras teatrales y musicales, actuando a través de la confección de hermosos decorados. Fue una época de gran regocijo para los Roerich, pero duraría poco.

Siendo un intuitivo por naturaleza, Nicholas comprendió o más bien percibió que se avecinaba una gran prueba de fuego en el mundo europeo.
La guerra ruso-japonesa de 1904-1905 había supuesto un serio revés para las aspiraciones del Imperio Ruso, pero por su brevedad y lejanía no fue entendida cabalmente por la mayoría del pueblo ruso. En cambio, la Gran Guerra que se iniciaría en 1914 sería portadora de cambios inmensos para la patria de los Roerich.

Quiso el destino que Nicholas enfermara de pulmonía en 1915, por lo cual su médico le mandó a Finlandia a recuperarse. Allí se encontraría la familia cuando estalló la Revolución Rusa en 1917.
Decidió entonces aceptar una invitación recibida de Suecia, a través de la cual presentó varias exposiciones en los países escandinavos durante el año 1919.

Siendo ya un artista de renombre, el Instituto de Artes de Chicago le invitaría a exponer en 30 ciudades estadounidenses, tarea a la que se dedicaría durante 1920.
Veamos algunas de las obras:

"El tesoro de los ángeles":



"La hija del vikingo"


"Mensaje a Tirón":



El recorrido de Roerich por USA sería un itinerario provechoso. Allí donde Nicholas pasara, deseaba fomentar el arte en todas sus formas. Y lo logró.
En noviembre de 1921 fundaría en Nueva York el Master Institute of United Arts. Simultáneamente fundó la Asociación de Pintores "Cor Ardens" y en 1922 el Centro Cultural Internacional "Corona Mundi". Al año siguiente se inauguró el Museo Nicholas Roerich de Nueva York.

A fines de 1923, los Roerich partirían en un viaje hacia la India que luego se prolongaría en exploraciones de Asia Central, que incluirían Cachemira, Rusia, China, Mongolia, Tibet y los Himalayas. Estos viajes se llevaron a cabo durante un lapso que abarcó hasta 1928 y, posteriormente, entre 1934 y 1935 se complementarían con otras expediciones a Mongolia interior, Manchuria y China.


Varios autores han indicado que estas expediciones fueron mojones especiales en la vida de Roerich, pues aseveran que hay indicios de que el inspirado artista llegó a regiones que pocos hombres alcanzaron: la mítica ciudad de Shambhala.

Shambhala es un lugar mencionado tanto en textos budistas como hindúes, en los cuales el esoterismo occidental ha tratado de penetrar en múltiples ocasiones.
Las interpretaciones más aceptadas ven a Shambhala como una ciudad a la cual solamente pueden llegar las personas de corazón puro, pues es propiamente un refugio del Bien en épocas oscuras.

¿Alcanzó Roerich la ciudad inalcanzable? Es muy difícil decirlo.
Pero lo cierto es que durante el curso de sus expediciones, el artista adoptó aún más profundamente la temática mística y esotérica en sus obras. Y a su regreso publicó un texto muy significativo, cuyo título es "Shambhala, la resplandeciente".

La vida posterior de Roerich tuvo mucho de "adelantada". Ideó muchas iniciativas para preservar los tesoros culturales y científicos en tiempos de guerra. Se ocupó de temas que luego serían retomados por los activistas ecológicos. Y continuó pintando incansablemente, con inspiración renovada.

Vamos a ver más obras:















Una última anécdota:

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Roerich solicitó el visado para ingresar a la Unión Soviética.
Se había mantenido fiel a su patria y había colaborado ampliamente con la Cruz Roja de su país en tiempo de guerra. Pero moriría en 1947 sin saber que, poco después, la visa le sería negada.

Entretanto, él y su familia establecieron residencia en el Valle de Kullu, situado en India, al pie de los Himalayas. Allí falleció y allí fue cremado.

No sólo dejó pinturas, sino también un gran número de textos. Uno de ellos es un ensayo titulado "Sobre el arte", de donde extraigo un breve párrafo que pinta de cuerpo entero el pensamiento de Roerich:

"El arte unirá a la Humanidad. Cada uno percibe la verdad de la belleza. La luz del arte iluminará los innumerables corazones con un amor nuevo. En un principio, este sentido pasará desapercibido, pero más tarde limpiará toda la conciencia humana. Cuántos corazones jóvenes están buscando algo bello y auténtico. Dénselo, pues. Denle el arte al pueblo, que el arte le pertenece."